domingo, 29 de enero de 2012

el secreto de la felicidad...

... hace algo así como 6.000.000 de años...

Sí, hace ya seis millones de años - día arriba día abajo- que un homínido llamado "homo nosequé" decidió bajarse de un árbol huyendo de la deforestación de los bosques -el problema parece que viene de viejo- y empezó a caminar por este mundo, reproduciéndose y evolucionando de manera vertiginosa hasta llegar a nuestros días.
Por el camino quedaron eslabones perdidos, miserias y grandezas, algo de mala leche y bastante buena fe pero siempre persiguiendo una utopía que parece quedar resuelta con mis investigaciones, que al margen de no puedan parecer muy científicas reto a quien se atreva a rebatirme en su parte sociológica.

Resulta que el gran anhelo del ser humano -osea nosotros- ha consistido y sigue siendo el "encontrar la felicidad". 

Pero ¿que es la felicidad?
---¿tener lo que se desea?
---¿sentirse amado?
---¿sentirse realizado? ¿...?
---¿trascender desde mas allá de los hechos hasta alcanzar cierto tipo de equilibrio?

Pues yo he estudiado la parte mas odiosa de nuestro día a día hasta estar en disposición de afirmar que tengo la respuesta. Si no definitiva, por lo menos, si cualitativamente indudable.

     Sí, he estudiado la publicidad de la televisión. 
(el de la esquina que se está riendo fuera del aula , por favor)

He descubierto en la publicidad -esa parte de la programación que cortan para poner trocitos de película-  que la verdadera y definitiva felicidad está en...

Ir al baño todos los días con frecuencia regular y hacer "aguas mayores", esto es: en defecar, hacer de vientre, en cagar, deponer, hacer popo; podemos llamarlo de mil maneras pero es la única acción que nos permite bajar en un ascensor sin pelearnos con nadie, de tratar con simpatía a quien se cruce en nuestro camino y hacernos sentir verdaderamente bien.

Podemos ir a una cafetería con un yogur en el bolsillo y en vez de consumir decirle al camarero "me tomo esto que traigo de casa y me siento mejor" y todos los presentes aplauden de felicidad.

Vas de visita y en lugar de aceptar un café o refresco le dices al anfitrión "gracias pero me tomo un trifidus que llevo en el bolso, así no engordo ni estoy de mal humor como tú".

Ves a tus vecinos discutir por la mañana y les dices ¿porqué no tomáis estos cereales para cenar? y a la mañana siguiente los ves practicando sexo en el ascensor y piensas "les dije cereales no viagra".

En fin, parece triste que la felicidad de la humanidad tenga una solución tan escatológica pero reflexionando con sinceridad: ¿hay algo mas placentero que sentirse vacío por dentro?

Por si acaso voy a tomarme un par de yogures con cereales a ver si mañana veo a mi jefe con otros ojos y hasta me sienta bien el madrugar...