Es mi pueblo, y como todos los pueblos tiene su encanto.
Es mi calle, una calle de pueblo con sus más y sus menos y tan encantadora como lo somos los vecinos.
Mi calle esta plagada de personajes singulares a los que todos tenemos un gran respeto y cariño, quizá sea yo uno de ellos sin darme cuenta pero como soy quien narra la historia diré que los peculiares son los demás.
Uno de estos personajes tan querido es Donhoyo, para los más allegados "el tío Cachobache" aunque algunos, con algo de sorna le llaman "don socavón", seguramente por su carácter bonachón.
Conocí a Donhoyo al poco de mudarme a este barrio, el primer encuentro fue algo desastroso para mi ya que terminé con un esquince de tobillo, situación que a menudo recordamos juntos con una sonrisa y bromeando sobre el incidente. Esta tarde, sin ir más lejos, estuvimos departiendo un buen rato al fresquito de la suave brisa de levante.
Donoyo- ¡Hombre make! ¿como va todo?
yo- todo bien Don...Si no entramos en detalles todo va bien.
Donoyo- tu siempre tan gracioso.
Yo- parece que mejora el tiempo, dice la tele que el verano ya está aquí.
Donhoyo- no te fíes de la tele, solo aciertan de Madrid "parriba". De todas formas ya está bien que venga algo de calor que con la humedad de la noche me lleno de agua y ya no está uno pa estos trotes.
Yo- el otro día coincidí con el alcalde en una fiesta y me dijo que te van a cubrir con una capa nueva de asfalto, así sufrirás menos humedades.
Donhoyo- ¿El alcalde? cinco alcaldes he conocido yo y todos me han dicho lo mismo, pero a la hora de la verdad el asfalto siempre se va a calles mas céntricas. Además ¿si me cubren quien va a recoger el agua para que los gorriones se den su baño matinal? ¿acaso van a ponerles a los pajarillos una piscina municipal?
Yo- ya, pero te haces mayor y necesitas un arreglo ¿no crees?
Donhoyo- ¡no me recuerdes que soy viejo leñe! que aun tengo fuerzas para hacerte otro esquince.
Yo- no te enfades Don, si solo me alegro por que te cuiden, sabes que te aprecio.
Donhoyo- ya lo se, no creas que no me doy cuenta de como aparcas con cuidado de no pisarme y te lo agradezco ¡no como los jóvenes que vienen sin mirar como si toda la calle fuese suya y me dan cada viaje con las llantas! Escucha, el otro día paso un nene a "to trapo" y casi le reviento la rueda, se me escapó por los pelos.
Yo- no seas borde ¿acaso no fuiste joven y también eras imprudente?
Donhoyo- joven... joven y más gamberro que todos los de ahora juntos pero siempre he respetado a los demás, sobre todo si eran mayores que yo ¿ahora? ahora te pisan y casi tienes que pedir perdón tu.
Tienes mucha razón -pensé y murmuré- y con desganado gesto y un hasta luego seguí con mis quehaceres y dejé a Don jugando con uno de los muchos gatitos callejeros que pululan por la calle, mi calle de mi pueblo, tan encantadora como los personajes que en ella vivimos.