¿De donde vienen las pelotas de golf?
Es una pregunta que pocos se hacen porque la mayoría cree que no necesita saberlo pero un poco de culturilla no viene mal para tener entretenida la mente.Seguramente todos pensáis que las pelotas de golf las fabrican en países asiáticos para que salgan más baratas, craso error, siento deciros que no es así.
Os parecerá mi historia un tanto inverosímil pero es completamente el resumen de un estudio concienzudo en el que los litros de cerveza consumidos durante el mismo no tienen nada que ver con el resultado.
Y sin más preámbulos paso a contaros la verdad.
Por casualidad di con el verdadero origen de las susodichas bolas paseando por la conocida en mi pueblo como “ruta del colesterol” una camino senderista que recorre los alrededores del campo de golf de Los Alcázares, me costó darme cuenta pero tras varios días de estudio, a hurtadillas para que no me descubrieran logré documentar el proceso.Esta es la cruda realidad, las pelotas de golf son criadas en granjas, la mayoría de ellas al aire libre para obtener mejor calidad.
Al principio son todas diminutas y blancas y se crían en locales aclimatados hasta que tienen un tamaño que les permite poder estar al aire libre sin peligro de depredadores, entonces las sueltan en pequeños prados donde se alimentan de pasto verde y jugoso; de
la calidad de esta hierba depende luego el color que toman de adultas.Dentro de estos prados existen zonas áridas y pedregosas donde se las puede ver jugando con sus compañeras, esto hace que adquieran vigor y resistencia a la dura vida que tendrán después.
Si observas con detenimiento puedes ver a los granjeros (¿se llamaran así?) como están continuamente recortando las hierbas para que las bolas puedan alimentarse de las partes altas que son las que tienen más vitaminas y nutrientes.Finalmente cuando ya están bien crecidas y curtidas se llevan en grupos hasta los campos de golf para que disfruten tanto ellas como los golfistas de su deporte favorito.
Bueno, ahora ya sabéis de donde proceden las pelotas de golf, seguramente os cueste creer la historia pero podéis comprobarla vosotros mismos observando pero con cuidado ya que sus cuidadores son bastante celosos de su trabajo y no ven con buenos ojos a los curiosos y a los que se meten en los prados sin pedir permiso.