... para quien no lo entienda he dibujado un plano.
Se trata de un carro tirado por dos borricos, para que el carro avance las dos bestias deben tirar en el sentido de la flecha, es decir "adelante".
Si el burrito de la derecha va hacia la derecha y el de la izquierda hacia su propio lado los vectores de fuerza se anulan y el carro además de no avanzar se puede romper.
Cuando el terreno es llano o con ligera pendiente descendente es bueno que descanse alguno de los jamelgos, entonces se le desengancha de la vara y se amarra atras. Es necesario relevar en estos puestos a ambos burrillos para que no se canse uno más que el otro. Hay que tener especial cuidado en este caso pues el burro que queda solo suele tener tendencia a desviarse hacia su lado y si no le corregimos a tiempo tomará el camino incorrecto.
Si el camino se vuelve cuesta arriba se ponen los dos rocines a la par y si es necesario los pasajeros más fuertes se bajan y ayudan empujando; los menos capacitados para ayudar deben colaborar distribuyendo su peso en el carro para mantener el equilibrio. No hay que dejar que el más débil empuje pues por mucho afán que ponga lo más seguro es que entorpezca y nos retrase en el camino.
Y por fin una vez llegado a nuestro destino dejar retozar a los borricos un poco entre la hierba fresca mientras los ocupantes nos encargamos de preparar el carro para el siguiente viaje.
Y así termina o, mejor dicho, queda en pausa este cuento metáfora y la moraleja que la encuentre cada uno según sea carro, borrico o pasajero...
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