... y se fué el verano, adiós al calor, adiós a las nubes de mosquitos, adiós al mundanal ruido, a las aglomeraciones de gente, a no poder aparcar en todo el pueblo, a las criticas exacerbadas de los veraneantes que piensan que el pueblo está montado para su asueto y no entienden que es normal hacer cola para comprar el pan cuando hay mas clientes que tiempo tiene el comerciante.
Mi pueblo, Los Alcázares, es como la mayoría de pueblos de la costa: pequeño, acogedor y dispuesto para acoger a todo aquel que tenga vacaciones y esté dispuesto a dejarse una parte de su paga en su visita.
No quiero criticar a los veraneantes pues suponen una parte importante de la renta del vecindario y además entre ellos encontré hace mas de veinte años años al amor de mi vida, pero si critico la situación que queda cuando se acaba el periodo vacacional y el pueblo recupera la "normalidad".
Cuando se acaba el verano parece que haya pasado un huracán por nuestras vidas y comienzan los trabajos para dejar todo en perfecto estado de revista: hay que arreglar calles, casas de alquiler, muchos quedan sin trabajo ya que una gran cantidad de comercios solo abren en verano, hay que capturar a todas los cachorros de perros y gatos abandonados una vez cumplida su misión de juguete veraniego y buscarles nuevos dueños -cosa harto difícil-
Y lo mas importante: hay que preparar las fiestas locales que son en octubre -nuestro particular día de la independencia- y organizar el famoso día del caldero que es seguramente la parte mas conocida y esperada de nuestro calendario festivo - el día 12 de octubre- .
Lo dicho: adiós al verano y aquellos que no hayáis podido disfrutar de nuestras playas y gastronomía pasad por Los Alcázares y llevaos un buen recuerdo en vuestras mentes, que al fin y al cabo como reza el slogan, aquí todo el año es verano...
Mi pueblo, Los Alcázares, es como la mayoría de pueblos de la costa: pequeño, acogedor y dispuesto para acoger a todo aquel que tenga vacaciones y esté dispuesto a dejarse una parte de su paga en su visita.
No quiero criticar a los veraneantes pues suponen una parte importante de la renta del vecindario y además entre ellos encontré hace mas de veinte años años al amor de mi vida, pero si critico la situación que queda cuando se acaba el periodo vacacional y el pueblo recupera la "normalidad".
Cuando se acaba el verano parece que haya pasado un huracán por nuestras vidas y comienzan los trabajos para dejar todo en perfecto estado de revista: hay que arreglar calles, casas de alquiler, muchos quedan sin trabajo ya que una gran cantidad de comercios solo abren en verano, hay que capturar a todas los cachorros de perros y gatos abandonados una vez cumplida su misión de juguete veraniego y buscarles nuevos dueños -cosa harto difícil-
Y lo mas importante: hay que preparar las fiestas locales que son en octubre -nuestro particular día de la independencia- y organizar el famoso día del caldero que es seguramente la parte mas conocida y esperada de nuestro calendario festivo - el día 12 de octubre- .
Lo dicho: adiós al verano y aquellos que no hayáis podido disfrutar de nuestras playas y gastronomía pasad por Los Alcázares y llevaos un buen recuerdo en vuestras mentes, que al fin y al cabo como reza el slogan, aquí todo el año es verano...