martes, 7 de abril de 2009

cuidados del caldero

...continuo con el tema del famoso caldero del Mar Menor, en esta ocasión voy a tratar un par de detalles que aún pareciendo poca cosa son los mas importantes si queremos conseguir un rico y saludable Caldero.

El primer punto es el "curado" del caldero de hierro fundido. El proceso de curado es muy importante, se debe realizar al adquirir el recipiente y repetirlo si lleva un tiempo (mas de un año) sin usarse ya que al ser un material que no puede lavarse con agua y jabón, pues se oxida con rapidez, es necesario mantenerlo en condiciones higiénicamente aceptables, no vaya a ser que por vagueria nos de una gastroenteritis de caballo.
Para curar el caldero necesitamos: en primer lugar un lugar donde podamos hacer fuego, como el proceso es largo podemos aprovechar para pasar un día de barbacoa y así hacerlo mas ameno. Una vez puestos en situación ponemos a cocer seis o siete cebollas del tamaño de un puño en aceite de girasol (mas o menos para un caldero de 14 raciones son unos tres litros de aceite), de vez en cuando removemos e impregnamos toda la parte interior incluida la tapa con este aceite, este proceso dura de cuatro a cinco horas. El aceite debe hervir con alegría durante todo el proceso así que mucho cuidado al manipular y por supuesto la tapa debe estar puesta, con esto conseguimos llenar los poros del hierro de aceite con jugo de cebolla que es un buen desinfectante y anti oxidante. Después dejamos enfriar (tardará por lo menos otro par de horas en ser manipulable) y ya podemos ir recogiendo, seamos personas y llevemos el aceite a reciclar que no está el planeta para ir ensuciando por ahí. Escurrimos el caldero y lo guardamos con el interior impregnado en el aceite, la tapa puesta y envuelto en papel de periódico o de cocina para evitar que la humedad ambiente nos lo oxide.

El segundo punto importante es la limpieza después de su uso. Obviamente no podemos ponerlo en el lavavajillas y si lo limpiamos con agua en unos días lo tendremos completamente oxidado. Para evitar esto, una vez terminado su uso, rascamos con una espátula de madera todos los restos de comida de su interior, a continuación con un estropajo de esparto y aceite de girasol frotamos hasta ver el hierro limpio (esta es la parte del caldero que menos voluntarios tiene). Una vez limpio se retira con un paño todo el aceite y restos de estropajo y se da una capa de aceite limpio por toda la superficie. Por el exterior basta con frotar con el mismo tipo de estropajo pero en seco para quitar el hollín del fuego, un poco de arena fina ayuda a desprender mejor los restos pero nunca, nunca, nunca jamas se lava con agua.
Así nos queda casi listo para el próximo uso. Cuando queramos hacer otro guiso simplemente debemos calentar el caldero, retirar con un paño el aceite viejo y hacerle un lavado ligero con aceite nuevo.

El tipo de aceite a usar, no se por qué, pero siempre me han dicho los viejos del lugar que es mejor el de girasol y para ser sincero jamas se me ocurrió llevarles la contraria, a mi me va bien y aunque quede feo decirlo me sale un caldero de los mejores. Próxima entrega la receta fantástica, tened paciencia...

3 comentarios:

  1. Es increíble como describes los pasos para currar el caldero antes de su uso. En realidad con estos dos últimos textos, es fácil predecir que eres un hombre meticuloso, ordenado y atento a los mínimos detalles. Trabajador y al que le hacen disfrutar más los pasos necesarios para alcanza el fin perseguido, que este en sí mismo.
    Guardaré cada uno de estos textos con verdadero interés. Gracias a tu explicación he aprendido un modo de curar las sartenes de hierro que utilizo en casa.
    Gracias.
    PAZ

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  2. Gracias por la ayuda, de verdad neceistaba este consejo.

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  3. gracias por vuestros comentarios, el proceso lleva su trabajo y su tiempo pero es efectivo

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tus comentarios me ayudan a mejorar, gracias
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